De Nepal a África

Este artículo se escribió para la revista Oeste.Consciente

Parte I: De Nepal a Africa
La tarde del 31 de enero del 2015, Sebas y yo nos encontrábamos subiendo una montaña nepalesa en jeep para tirarnos de paraglyding. El tour tenía horas de atraso, y parecía que el 4X4 que nos llevaba se iba a despedazar por la combinación de velocidad y huecos en la "calle". Sin embargo íbamos inspirados y curiosos, escuchando a una pareja de aventureros gringos en sus cincuenta, que llevaban 30 años de planear viajes de trekking en este hermoso país del que se habían enamorado décadas antes. Fue un momento muy sincrónico porque llevábamos días hablando de lo chiva que sería compartir estos viajes únicos con una comunidad de personas sintonizadas. Nos volvimos a ver pensando lo mismo: "¿porqué no lo hacemos?!”.
Menos de un año después, en Noviembre del 2016 para ser exacta, salimos hacia Sudáfrica para toparnos con un grupo de 6 ticos y realizar nuestro primer viaje con propósito por el sur de África.
El título del viaje: Empathic Storytelling Journey.
El concepto: viajar con propósito, aprendiendo sobre Storytelling y Comunicación No Violenta (CNV) para integrar de manera consciente, las enseñanzas y la expansión que resulta inevitable al salir de nuestra zona de comfort.
El recorrido: Sudáfrica, Botswana y Zimbabwe.
En el avión hacia Cape Town, nos sentíamos incrédulos y emocionados de haber plasmado aquella chispa en tan poco tiempo, agradecidos del poder de la intención; y al mismo tiempo sin idea de qué esperar.

Amigos de todo el mundo. Okavango, Botswana
¿De qué manera influyó viajar de la mano de la conciencia de la CNV a este viaje? Como dijo Ricardo, “De Victoria Falls a Cape Town recorrimos 4000km, pero fue solo una fracción del peregrinaje que este viaje inspiró hacia adentro”. En definitiva, no hay como los viajes a lugares desconocidos y en condiciones extremas (léase acampando y conviviendo con otros 20 viajeros en un camión por tierra durante 15 días) para sacar nuestras sombras y probar nuestra capacidad de compasión hacia nosotros mismos y los demás. Desde el primer día, en donde por un malentendido dos personas no encontraban la casa de encuentro, aplicamos la transparencia radical. Cuando finalmente lograron llegar, absolutamente frustradas y queriendo encontrar a un culpable, nos sentamos a dialogar, a afrontar la incomodidad con escucha profunda para poder empatizar con cada parte y brindarle a las emociones intensas alivio al través de la contención y el entendimiento. Desde el día uno aprovechamos los conflictos como oportunidades para generar más conexión dentro del grupo, en vez de separación.

Elefantes en Chobe, Botswana
El viaje también nos permitió ofrecer un taller con los participantes más diversos que hemos dado a la fecha, en uno de los lugar más espectaculares del continente Africano: El Okavango Delta. Historias de amor, duelo, y esperanza vieron luz cuando le dimos la bienvenida a la vulnerabilidad colectiva, y tanto integrantes de la tribu como turistas se dieron cuenta que es más lo que nos une que lo que nos separa.
Curiosamente este taller en medio del “bush africano”, sucedió durante las elecciones estadounidenses. Completamente desconectados de la tecnología, no nos dimos cuenta de los resultados hasta días después. Cuando salimos, vimos por una tele colgada de la pared de un barsillo africano, como el mundo parecía estar en un pánico y caos colectivo. Dado lo que acababa de vivir en el Delta, no me podía sentir más distante de esa realidad paralela. Más bien me sentía vibrante como pocas veces en mi vida. Esta realización interna me recordó el poder de elección que tenemos en todo momento, de co-crear el mundo en el cual queremos vivir y la gente de la cual nos queremos rodear.

Taller en el Okavango Delta
Parte II: Conectando con la belleza
A menudo el sentido más agudo era la escucha... y estos momentos generalmente involucraban el agua. Sentada en un mokoro (canoa) escuchaba el sonido que hacía nuestra canoa africana al atravesar la quietud del agua, el sonido del bambú y de las plantas mientras los atravesaba la brisa, el sutil sonido de mis dedos mientras tocaban el agua en movimiento, el latido de mi corazón… en el fondo el dialecto de la tribu Setswana que hablaban unos con otros mientras remaban. Me sentía tan tranquila, en paz, y a la vez llena de un regocijo que me invadía completamente: absoluta observación, conciencia y sentimiento.
Este momento, y muchos otros me llevaron a indagar cuál era la necesidad más presente y satisfecha…y topé con una sorpresa: la belleza. Mi descubrimiento personal más grande de este peregrinaje fue conectar con una necesidad que identifiqué como prioritaria en mi vida, lo que se conoce en inglés como “core need”. Me acuerdo de la primera vez que me estaba familiarizando con la lista de necesidades universales según la CNV, y me encontré esa palabra: belleza. ¿Necesidad de belleza? ¿Qué significa eso?

Andando en mokoro en el Okavango
Mi tiempo en África significó conexión con la belleza. La belleza del asombro, de paisajes inexplicables, de sentir cada día como una sorpresa y una aventura. La belleza de las relaciones entre los animales, al ser testigo de diez especies diferentes conviviendo en armonía en una sabana africana- hipopótamos refrescándose en lagos, elefantes cruzando ríos, leones descansando a la par de su presa, antílopes haciendo vibrar la tierra con sus acelerados pasos. Esa convivencia tan cercana fue como ser testigo de una pintura exquisita.
Me conmueve la belleza de las relaciones humanas y el enorme rango de emociones que conforman nuestras experiencias. Las sesiones (talleres) grupales mientras viajábamos sacaban temas difíciles, pero gracias a los acuerdos que habíamos establecido de escucha y empatía, esos momentos vulnerables se tornaron en vías aceleradas de crecimiento. Entablé e hice una amistad profunda con Kate, una australiana viuda a sus 35 años y con tres hijos, quien a pesar de su duelo recorría Africa con su hija mayor para hacerle su sueño realidad. Conocí a africanas como Sindyswa que a pesar de no tener nada (material) y ser víctima de violencia sexual, estaba llenas de emoción por la vida. Conocí rincones de mi pareja, y él conoció rincones míos.

Grupo de tic@s en Table Mountain, Sudáfrica.
Ahora lo sé. La belleza... natural, silvestre, humana, vulnerable… es una fuente de inspiración, motivación y paz para mí. Por eso me sentía tan viva. Fueron días conmovedores, y mientras me permitía sentir, le suplicaba a mis células: “¡graben este momento, no quiero perderlo de mi organismo jamás!"
¿Mi misión al regresar? Cultivar esa inspiración en la cotidianeidad. Dejarme sorprender por lo que esta ahí, pero a menudo no veo. Para seguir conectada con la fuente de belleza que siempre nos rodea, agradecer la generosidad de la vida, y especialmente para no perder de vista, que en la oscuridad siempre hay luz.
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A raíz de la maravillosa experiencia que fue África, Sebas y yo creamos WONDERMORE - Inner journeys, Outside. El concepto es sencillo: más asombro, más sabiduría, más resiliencia para enfrentar los retos de la vida. Ojalá se apunten a las próximas aventuras: 1. un retiro en castillo medieval en Italia, o 2. una aventura por Nueva Zelanda y Australia! Apliquen en www.wondermore.org

www.wondermore.org
Christine Raine es la fundadora y directora de ConversABLE, una empresa consultora en comunicación empática y un movimiento de transformación social.

Por Christine Raine

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