¿Prisa por vivir?
De la serie REFLEXIONES - ADENTRANDO EN LA CONCIENCIA
Vivimos en una prisa constante alrededor del concepto inexistente del tiempo, queriendo aprovechar cada minuto para hacer cosas "productivas" y si nos vemos "teniendo que" esperar por algo, entonces nos estresamos y decimos que estamos desperdiciando el tiempo, o peor que “nos están haciendo desperdiciar el tiempo”, ¡que es tan valioso para todo lo que tenemos que hacer! Pero, ¿pensamos en tiempo para estar con nosotros mismos? ¿Para simplemente sentir y ser?
Tiempo para, en lugar de quejarnos, observar un árbol, sus hojas, sus ramas, para mirar el cielo, una palmera en lo alto y ver como el viento mueve sus ramas. Tiempo para sentir. ¿Nos tomamos tiempo para realmente observar? Y no observar el corre corre superficial de la vida que estamos acostumbrados a ver, si no la quietud, observar lo que está detrás de la aparente realidad.
Tuve la oportunidad de estar una semana inmersa en esta quietud externa, en una experiencia maravillosa que sentía como un mundo aparte, y lo que veo ahora es que no es un mundo aparte, es el mismo mundo manifestado de formas distintas según la interpretación, y esta interpretación depende de lo que sienta y lleve en mi interior… Hoy me di cuenta que este mundo vive en mí y estará ahí cuanto tiempo yo lo deje estar allí, porque ese mundo de una comunidad unida por una misma visión, de un mundo mejor, está ahora dentro de mí, y mis ojos ahora ven según esa realidad; no son realidades distintas, es la misma y única realidad; es ese mundo viviendo ahora en mí y yo viviendo en él.
Y entendí que mi visión no se trata de un espectro a futuro que se ve imposible de alcanzar, y que no tengo que pensar estratégicamente cómo llegar a ella, mi visión la construyo primero en mí misma en estos momentos de escucha y observación, en estos momentos de sentir lo oculto y ver la belleza de la manifestación de la energía en las cosas más simples. Mi visión la construyo primero en mí y de allí, desde el interior, todo florecerá y será manifestado cuando tenga que ser.
No hay prisa por llegar a ningún lado, llegaré cuando tenga que llegar y será de la forma que tenga que ser, sin prisa…
Por Gaby Prendas